“Gente de palabra”

Gente de palabraPuede que, por una limitación humana, los temas no cambien en la literatura; que, por ese motivo, en las artes de la palabra la originalidad sea difícil o imposible, reduciéndose casi todo al particular enfoque de los mismos asuntos generales y la expresividad del estilo.

Pero la arquitectura de las obras no es -no tiene por qué ser- invariable, y, si se la modifica, sus términos pueden adquirir una sugestión y una significación diferentes. Así, cuando una obra se aleja de los modelos genéricos, aventurándose en formas no tradicionales, recompone los datos de la experiencia proponiendo otros estímulos a la curiosidad o a la intrepidez del lector.

Ubicado desde que comenzó a escribir en esa línea que, sin desertar del hombre y del mundo circundantes, hace de la inventiva un instrumento de renovación interior, José Luis Víttori anima en este libro a una ilusión de vida hecha de palabras (¿qué otra cosa es la literatura?), pero también una ilusión de ilusiones.

Siendo sus personajes esa clase de individuos que hacen de la fantasía y del lenguaje un modo de vivir, responden a las situaciones urdidas por el autor (“La prueba”, “La sed del agua”…) pero además crean las propias (“En una calle sin fondo”), componiendo historias dentro de la historia, es decir, diversos niveles de lectura que se entrelazan como sus destinos, en una trama novelesca.

Sin embargo, el autor no se ha propuesto escribir una novela, sino más bien un cuentario, forma sui-generis, juego de espejos cuyo centro óptico es la lucha de voluntades, el temblor del hombre de letras ante los gestos reservados a permanecer y los llamados a extinguirse.

Víttori desarrolla en “Gente de palabra” sucesos autónomos aunque vinculados en tiempo, espacio, persona y acción, ambientados a fines de los años 50 y en las preocupaciones intelectuales de la época. Lanza a sus criaturas sin comentarios: cuando hacen algo lo presenta y cuando escriben algo lo muestra en el estilo de cada uno, para hacerlo verosímil. En ciertos casos – Las “cartas”, por ejemplo-, acude sutilmente a técnicas documentales o de “collage”. En otros, se identifica con un personaje para confiarnos, por él, zonas dolorosas o vulnerables de su intimidad.

La temática urbana como la fantástica, no son novedosas en este autor más conocido por su literatura de intemperie (el río, las islas…); conviven en él desde el principio: “Ningún hombre es equiparable a una isla”, nouvelle ciudadana, data de 1955; “Tres cuentos fantásticos”, de 1956; “Días de infancia”, recuerdos de 1955; “Las fuerzas opuestas”, primera secuencia orillera, de 1960.

No hay pues volubilidad en esto, sino variedad de registro, curiosidad, ganas de ir buceando en los distintos aspectos de la memoria y el sueño, placer de probar otras formas de composición.

 

FICHA:
Autor/es: Víttori, José Luis
Publicado: Editorial Colmegna. Año: 1981
Tipo: Novela
Páginas: 237
Idioma: Español

 

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